Carlos María Alvear
orría
el año 1789... y el 25 de octubre nacía Carlos María de Alvear, cuyo
nombre completo fue Carlos Antonio José María del Santo Angel de la
Guarda de Alvear.
Su padre fue Diego de Alvear y Ponce de León, quien se casó en la
Argentina con Josefa Balbastro, ambos españoles.
Por entonces Diego de Alvear se encontraba radicado cumpliendo tareas
técnicas y políticas que tenían que ver con los trazados de límites
entre Brasil y Argentina. Su residencia la fijaron en la ciudad de Santo
Angel de la Guarda, una de las treinta poblaciones que fundaron los
jesuitas en las Misiones Orientales.
Carlos María sus primeros estudios los realizó en este pueblo de las
misiones, partiendo más tarde a España en una expedición, donde su padre
ocupaba el cargo de segundo jefe.
Durante esa larga travesía, el navío que los conducía sufrió un
injustificado ataque de numerosos barcos británicos y tras una heroica y
desesperada resistencia, se produjo el naufragio que causó la muerte de
la madre, seis hermanos y cinco esclavos que les acompañaban para su
servicio. Milagrosamente salvaron su vida el general Carlos María de
Alvear, quien por entonces apenas contaba con 12 años y su padre.
Una vez en España, el joven Alvear ingresó al Cuerpo de Carabineros
Reales y con la graduación de alférez, participó en las batallas de
Talavera, Febenes, Ciudad Real, etc., contra los franceses que habían
invadido la península ibérica.
Retirado de la milicia se trasladó a Londres, donde trabó amistad con el
venezolano Francisco Miranda, quien junto con otros destacados militares
sudamericanos, habían fundado la Logia Patriótica Lautaro, con el
propósito deliberado de propender por todos los medios la libertad de
los pueblos del Virreynato.
Reunido ya con San Martín en Londres, se embarcaron en la fragata Caning
que zarpó del Támesis en los primeros días de enero de 1812, con la
compañía, además, del alférez de navío José Matías de Gracia de Zapiola,
el capitán Francisco de Vera, el subteniente Antonio de Arellanos y el
Teniente Coronel Eduardo de Kainnitz. Alvear viajaba con su esposa, con
la que había contraído enlace en 1809.
Después de 50 días de travesía, la nave inglesa arribó al puerto de
Buenos Aires el 9 de marzo de 1812 y a los siete días de pisar tierra
argentina entró a formar parte del Regimiento de Granaderos a Caballo
que organizaba el Coronel José de San Martín.
Fue uno de los promotores del movimiento revolucionario del 8 de
octubre, el que se produjo a raíz de las actitudes arbitrarias del
Primer Triunvirato, las que llegaron al máximo cuando prohibió al pueblo
festejar el triunfo de Belgrano en Tucumán. En esa oportunidad las
tropas ocuparon la plaza de Mayo y los miembros del triunvirato se
vieron obligados a renunciar. Este nuevo triunvirato convocó entonces
para el año 13 a una Asamblea General Constituyente, la que inició sus
sesiones el 31 de enero de ese año presidida precisamente por Carlos
María de Alvear, quien representó como diputado en esa oportunidad a la
provincia de Corrientes.
Al ser promovido a Coronel, con mando del regimiento 2º de Infantería,
renunció a la diputación influyendo por todos los medios para que su
tío, Gervasio Antonio de Posadas, fuera designado director Supremo de
las Provincias Unidas del Río de la Plata, asegurándose de esa manera su
carrera política, ya que posteriormente fue su sucesor.
Desde el campamento de Los Olivos preparó una división con el objeto de
llevar la guerra contra los realistas al Alto Perú primero y luego
sitiar Montevideo. El día 23 de junio de 1814 las fuerzas patriotas
ocupaban la fortaleza del Cerro y a los dos días Alvear entraba
triunfalmente en la plaza a la cabeza de su estado mayor.
Después de este triunfo Alvear volvió a Buenos Aires y logró que en
noviembre lo nombraran jefe del Ejército del Norte, pero en camino a su
nuevo cargo, al pasar por Córdoba se enteró del desagrado que produjo la
novedad en las tropas y consecuentemente se sublevaron los actuales
jefes, motivando esto su regreso en diciembre.
Inmediatamente su tío Posadas reunió a la Asamblea, presentó su renuncia
e hizo designar como nuevo director a su sobrino Carlos María, cargo del
que fue destituido al poco tiempo.
Al asumir Bernardino Rivadavia la Presidencia de la Nación fue designado
Ministro de Guerra y Marina y al desatarse la guerra contra el Brasil,
asume la comandancia de nuestro ejército. Esta contienda finalizó con la
gran batalla de Ituzaingó (20 de febrero de 1827) y duró seis horas,
venciendo a los 5.000 portugueses que pelearon hasta el anochecer.
Finalizada la guerra volvió a Buenos Aires y cuando Juan Lavalle produce
la revolución del 1º de diciembre de 1828 y asume el poder, Alvear ocupa
el ministerio de guerra por unos meses, renunciando en junio de 1829.
Abandonó su voluntario retiro cuando Juan Manuel de Rosas, consagrado
gobernador de Buenos Aires, lo designa embajador plenipotenciario en los
Estados Unidos, y cuando el 3 de febrero de 1852, Urquiza triunfa en
Caseros, lo ratifica en su cargo. Este cargo lo ocupó por espacio de 20
años, hasta que una rápida enfermedad determinó su fallecimiento en
Nueva York, el 2 de noviembre de 1853. Sus cenizas llegaron a Buenos
Aires el 26 de julio de 1854. En 1925 se inauguró su imponente estatua
en el barrio de la Recoleta de la Capital Federal.

Carlos María de Alvear y Balbastro.

Monumento en el barrio Recoleta de Buenos Aires.
