Juan Bautista Cabral
orría
el año 1812... y moría Juan Bautista Cabral en el Combate de San
Lorenzo, en una acción de arrojo en la que salvó la vida del Coronel
José de San Martín.
Había nacido en Saladas, Corrientes, entre 1785 y 1790. Era un
desconocido correntino, hijo de Carmen Robledo, de condición esclava y
su padre fue Francisco, un aborigen del lugar, peón de la estancia de
Tomaza Casajus y Casajus, quien luego se casó con Luis Cabral.
Para 1807, cuando las invasiones inglesas, Juan Bautista se hallaba en
Buenos Aires y le escribe a don Luis Cabral con fecha 19 de agosto de
1807, en la que le comentaba que se había salvado milagrosamente de ser
degollado por los ingleses, junto a Gregorio. Le expresa que el clima no
le sienta y que está enfermo de cólico y que se queja de los pocos
cuidados que le presta su amo, el señor Riera.
Regresó a Corrientes y permaneció en Saladas hasta 1812 y el 3 de
noviembre de ese año, integrando el contingente, se embarca en la "Pura
y Limpia Concepción", del patrón Pastor Pérez. Setenta y dos correntinos
se embarcan hacia el puerto de Santa Fe y estaban comandados por el
Teniente Juan Bautista Parret y Figueroa y emplearon cuatro días de
viaje.
Desde Santa Fe continuaron su itinerario a caballo hasta Buenos Aires,
donde llegaron cincuenta hombres al cuartel de Retiro el 19 de
noviembre. En esa fecha se incorpora Cabral al Regimiento de Granaderos
a Caballo sometiéndose a instrucción militar. Integrando la segunda
compañía al mando del coronel San Martín, partió los primeros días de
Enero rumbo a San Lorenzo.
En el combate de San Lorenzo, llevado a cabo el 3 de febrero de 1813, en
las cercanías del convento del mismo nombre, la división que integró
Cabral realizó el choque frontal con el enemigo y allí demostró su
valentía y arrojo enfrentando al fuego enemigo. Mató con un certero tiro
de carabina al enemigo que ya se disponía a descerrajar su fusil sobre
el pecho del Coronel caído y aprisionado por el caballo muerto. Acto
seguido desmonta, ata las riendas del caballo muerto a la cincha del
propio y así con fuerza, celeridad y astucia logra librar al coronel San
Martín de su posición comprometida. Todo esto lo realiza ya herido de
bala, pero mientras, desmontado y en tierra, realiza su gesto de lealtad
a su jefe, es alcanzado por dos bayonetazos mortales que no impidieron
que caído y sangrante dijera a sus compañeros que intentaban socorrerlo:
"Déjenme, compañeros. ¿Que importa la vida de Cabral? Vayan ustedes a
pelear que somos pocos.
El Coronel San Martín dirá más tarde: "Herido mortalmente en el campo de
batalla, no se le oyeron otros ayes que: "Viva la Patria, muero
contento, hemos batido al enemigo", palabras dichas en guaraní, y que el
jefe de Granaderos tradujo al español. "Efectivamente, pocas horas
después murió pronunciando las mismas palabras". Fue dos horas después
del combate, esto es a las 10 de la mañana en el convento donde se había
concentrado a los heridos para su asistencia.
Sobre las palabras de Juan Bautista Cabral dice Bartolomé Mitre: "surgen
de los documentos y del relato que de ellos le hiciera el presbítero
Julián Navarro en Chile, quien fue testigo presencial de los hechos,
pues actuó en el campo de batalla alentando a nuestras tropas".
Juan Bautista Cabral era un granadero sin rango. La posteridad lo ha
ascendido a Sargento en un acto justiciero y espontáneo. Fue inhumado
con sus otros trece compañeros de gloria, junto al muro sur del
cementerio del Convento.

Batalla de San Lorenzo
