l 10 de diciembre de 1870...
el doctor Tiburcio Gómez Fonseca, destacado
médico correntino, al momento que la “Fiebre Amarilla” desembarcaba en
Corrientes e iniciaba una acción solidaria de enorme dimensión humana.
La epidemia desembarcaba en el vapor Taragüí, que procedía de Asunción
del Paraguay. El barco ancló sobre la playa en las mismas costas de la
ciudad de Corrientes. Procedente del Paraguay no sólo trajo pasajeros
sino también la epidemia, ya que en Asunción se habían producido muertes
por la fiebre amarilla. Primero quisieron las autoridades mantener en
silencio para ano generar pánico, pero fue inevitable que el gobierno
diera a conocer que la epidemia estaba instalada en Corrientes. Fue el
mismo Igarzabal a cargo del Poder Ejecutivo en ausencia de Baibiene, el
que dio el anuncio. Ya en Asunción las víctimas eran centenares y en
Corrientes comenzaron a enfermar y fue el comerciante y hombre de la
sociedad don Pedro Amadey quien inaugura la lista de víctimas correntina
al fallecer el 16 de febrero de 1871.
Cubriendo todas las necesidades y poniéndose al frente del combate
contra la epidemia, muere el mismo gobernador a cargo Pedro Igarzabal,
el 11 de febrero de 1871.
El 17 de diciembre la Municipalidad de Corrientes dicta la primera
ordenanza en defensa de la salud pública, reglamentando la venta de agua
potable, el comercio de frutas y la construcción de letrinas. En tanto
el gobierno decretaba el cierre de las comunicaciones con el Paraguay.
En enero de 1871 llegaban a Corrientes, una ciudad ya de 15.000
habitantes, los jóvenes estudiantes universitarios que habitualmente lo
hacían en vapor y en época de verano. Uno de ellos Carlos Harvey, quien
se encontraba en el sexto año de Medicina e inmediatamente se puso a
ayudar salvando vidas y actuando con heroísmo y patriotismo en tan
horrenda epidemia. El contagio llegó a él y sucumbió víctima de ese mal,
el 10 de febrero de 1871, antes de cumplir los 20 años de edad. Todo el
país lamentó su desaparición, la prensa se ocupó extensamente de él, a
quien ella llamaba "el sabio de 20 años".
El 3 de enero de 1871 llegaba a Corrientes el gobernador Santiago
Baibiene, procedente de la Capital Federal. Lo hacía en el vapor “Goya”
tras conferenciar con el Presidente Domingo F. Sarmiento sobre la guerra
contra en entrerriano Ricardo López Jordán. Eran los prolegómenos de la
batalla de Ñaembé.
El 7 de enero la epidemia se cobraba otra víctima en María Latorre de
Cabral. El diario La Esperanza reflejaba en sus páginas todos los
detalles de la tragedia y prevenía a la población de todos los riesgos.
Los directores de Salud Pública Luis Baibiene y Vicente A. Martínez
también morían en sus puestos de combate, bregando por el bien general.
El propio Intendente, señor Poisón, actuaba sobre el mal socorriendo
vecinos y organizando la Comisión Central de Salud Pública.
El Jefe de Policía Federico Roibón también fue atacado por la epidemia y
enfermó, el propio ministro de gobierno Juan Esteban Martínez sufría las
alternativas de la fiebre amarilla.
El sostén del gobernador fue el médico y senador nacional doctor José
Ramón Vidal, quien se constituyó en ese momento en un exponente de las
virtudes de la humanidad. La silueta del ilustrado político y generoso
corazón era inconfundible para su pueblo cuando de a caballo recorría
todos los barrios de la ciudad asistiendo enfermos. En esta noble acción
entregó su vida víctima del terrible flagelo.
El saldo fue lamentable. Cientos de muertes, decenas de profesionales y
un ejemplo de solidaridad de un pueblo que entregó todo en procura de
salvar a sus semejantes.
Tiburcio Gómez Fonseca cumplió además una inyensa actividad política en
la filas del Partido Liberal, siendo ministro, legislador provincia y
nacional en varias coasiones. Además de Presidir la Legislatura de
Corrientes en diversas oportunidades.
En 1855 actuó como constituyente en la 3ra. Reforma de nuestra norma
mayor. El 26 de agostode ese año abrió sus sesiones la asamblea
provincial y la formaron los 17 diputados en ejercicio y 8 nombrados por
los departamentos de mayor población, siendo Tiburcio G. Fonseca uno de
sus más activos participantes.
Integrando el Club Constitucional que presidia el joven abogado Juan
Eusebio Torrent (22 años), y acompañado de 90 ciudadanos dan a conocer
un manifiesto el 15 de diciembre de 1856; el que determina el
lanzamiento formal y nacimiento del partido Liberal. Tiburcio Gómez
Fonseca firmó el acta junto a Nicolás, Vicente y Augusto Ferré, Fermín
Alsina, Cayetano Virasoro, los hermanos Juan Vicente, José y Gregorio
Pampín y Manuel Ignacio Lagraña, entre otros.
Como diputado nacional en 1902 estuvo acompañado de brillantes
compañeros de bancada: Juan Balestra, Adolfo Contte y Juan Esteban
Martínez
Tiburcio Gómez Fonseca
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